Entender los distintos tipos de stock es esencial para lograr un equilibrio entre disponibilidad de productos, rentabilidad y eficiencia operativa. Así, una correcta clasificación y gestión del stock permite a las empresas reducir costes logísticos, evitar rupturas de inventario y mejorar la satisfacción del cliente.
En este artículo, desde Grupo SIM, analizamos los diferentes tipos de stock, cómo se clasifican, y cómo implementar una gestión eficaz en un almacén. ¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo!
¿Qué es el stock y por qué es importante?
De manera general, el término stock hace referencia al conjunto de bienes o productos almacenados por una empresa, ya sean materias primas, productos en proceso o productos terminados. En cualquier caso, es una inversión estratégica que garantiza la continuidad del negocio frente a la demanda del mercado.
De esta forma, la correcta gestión del stock incide directamente en la rentabilidad empresarial. Mientras que un exceso de inventario incrementará los costes de almacenamiento y riesgo de obsolescencia, un déficit puede derivar en rupturas de stock, pérdida de ventas y descontento del cliente.
¿Qué tipos de stock existen?
Los tipos de stock en un almacén pueden clasificarse según diferentes criterios: su funcionalidad, su caducidad, y la operativa logística. A continuación, desde Grupo SIM, te detallamos cada uno de ellos:
1. Tipos de stock según su función
En primer lugar, esta clasificación considera la utilidad del stock dentro de la operativa empresarial:
- Stock de seguridad: Existencias adicionales para hacer frente a imprevistos, como picos de demanda o retrasos de proveedores.
- Stock de alerta: Umbral que activa automáticamente la reposición. Se sitúa por encima del stock de seguridad.
- Stock estacional: Acumulado anticipadamente para responder a demandas específicas en temporadas altas, como puede ser Navidad o rebajas.
- Stock especulativo: Comprado en grandes cantidades para aprovechar precios bajos o ante una subida esperada.
- Stock inactivo o muerto: Productos obsoletos o sin rotación. Suponen un coste innecesario y deben identificarse para su retirada.
- Stock en tránsito: Mercancías en proceso de recepción, producción o distribución.
- Stock de ciclo: Existencias necesarias para cubrir la demanda habitual durante un periodo determinado.
2. Tipos de stock según fecha de caducidad
Especialmente relevante en sectores como la alimentación o la farmacia:
- Stock perecedero: Productos con vida útil limitada (alimentos frescos, medicamentos).
- Stock no perecedero: Bienes que no se deterioran fácilmente con el tiempo (herramientas, materiales de construcción).
- Stock con fecha de caducidad: Incluye tanto perecederos como otros productos con una fecha límite de uso o venta.
3. Tipos de stock según la organización operativa
Por último, estos tipos de stock responden al nivel de control y gestión dentro de un sistema logístico:
- Stock total: Suma de todas las existencias, tanto disponibles como comprometidas o en tránsito.
- Stock físico: Cantidad real de productos almacenados.
- Stock neto: Stock físico menos los pedidos pendientes de entrega a clientes.
- Stock disponible: Stock neto más los pedidos en curso de recepción.
- Stock mínimo: Nivel crítico a partir del cual se debe reponer para evitar rupturas.
- Stock máximo: Límite superior que no debe superarse, definido según capacidad y rotación.
- Stock óptimo: Nivel calculado que equilibra coste y servicio, minimizando excesos sin caer en faltantes.
¿Qué es el stock óptimo y cómo se calcula?
Entrando en detalle, el stock óptimo es un concepto fundamental en la logística, ya que representa el punto de equilibrio ideal entre los costes de mantenimiento de inventario y el nivel de servicio que la empresa desea ofrecer a sus clientes.
Su cálculo requiere una evaluación de varios factores clave. En primer lugar, es esencial contar con una buena previsión de la demanda, lo que permite anticipar las necesidades de los clientes y planificar en consecuencia. Además, se deben considerar los tiempos de entrega de los proveedores, ya que estos determinan la rapidez con la que puede reponerse el inventario.
Otro aspecto crítico son los costes de almacenamiento, que incluyen gastos relacionados con el espacio físico, la gestión y la obsolescencia de los productos. También influye el nivel de servicio requerido, es decir, el grado de disponibilidad que se espera del inventario para satisfacer la demanda sin demoras.
Por último, la frecuencia de reaprovisionamiento, que impacta directamente en la cantidad de stock necesario para evitar interrupciones en el suministro.
Sistemas de gestión de stock: ¿Cómo controlar los tipos de stock en un almacén?
Los tipos de sistemas de gestión de stock permiten organizar y optimizar el control de inventarios. Entre los más utilizados, desde Grupo SIM, destacamos:
- ERP: Sistemas integrados para la planificación y control de todos los recursos empresariales, incluyendo el stock.
- WMS: Soluciones especializadas en la operativa del almacén, permiten gestionar ubicaciones, rotación y trazabilidad.
- Sistemas JIT: Estratégicamente orientados al stock cero, minimizan el inventario mediante entregas frecuentes ajustadas a la demanda real.
- Método ABC: Clasificación del inventario en función de su importancia económica y rotación: A (más valiosos), B (moderados), C (menor impacto).
- Kanban y Lean Logistics: Basados en señales visuales para reponer únicamente lo necesario en cada etapa del proceso.
La elección del sistema más adecuado dependerá del tamaño de la empresa, su complejidad operativa y sus objetivos estratégicos.
Consejos para una gestión eficiente del stock en un almacén
Gestionar eficientemente el stock en un almacén es clave para maximizar la rentabilidad y garantizar un servicio de calidad. Para lograrlo, es fundamental implementar indicadores de desempeño, conocidos como KPI’s, que permitan monitorear aspectos esenciales como el nivel de ocupación del almacén, el índice de rotación de inventario, el coste por unidad almacenada y los días promedio de stock. Estos indicadores proporcionan una visión clara del estado del inventario y ayudan a tomar las mejores decisiones.
Asimismo, es importante realizar inventarios cíclicos de forma regular. Esta práctica consiste en validar el stock físico frente al stock registrado en el sistema, lo que permite detectar y corregir desviaciones antes de que se conviertan en problemas mayores.
La automatización también desempeña un papel clave en la eficiencia de la gestión de stock. Integrar sistemas que conecten las previsiones de ventas con los niveles de stock óptimos facilita una reposición más ágil y precisa, evitando tanto el exceso como la escasez de inventario.
Por otro lado, otro aspecto esencial es la correcta clasificación de los productos almacenados. Aplicar metodologías como ABC, FIFO o LIFO permite gestionar los artículos de acuerdo con su valor, rotación o antigüedad, optimizando así el uso del espacio y los recursos.
Por último y como es evidente, optimizar los flujos logísticos dentro del almacén contribuye a reducir los tiempos de tránsito y evitar almacenamientos innecesarios, mejorando la eficiencia operativa y acelerando los procesos de preparación y despacho de pedidos.
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